domingo, 7 de diciembre de 2014

Otro enfoque

De Izquierda Socialista de Málaga
Consideramos que es preciso encauzar el debate sobre la crisis en Izquierda Socialista hacia el plano ideológico evitando los personalismos y luchas cainitas como las que han surgido en nuestra corriente en las últimas semanas. La táctica de algunas compañeras y compañeros, desde nuestro punto de vista,  ha sido inadecuada, perjudicial y divisionista; hace unos días, en uno de esos debates espontáneos que surgen en la red, que hemos querido evitar desde los coordinadores de Málaga, porque las nuevas tecnologías deberían ayudarnos a construir y fortalecer nuestra organización y no deteriorarla,  algunos  compañeros de la corriente Izquierda Socialista, han señalado su preocupación por la situación interna donde han surgido esas diferencias y las han expresado libremente, entrando en algunas ocasiones en personalismos, descalificaciones y argumentos leguleyos,  sin clarificación de las posiciones ideológicas que se defienden,  cuando otros hemos considerado que hay que tener un método sano,  compañero y democrático para debatir nuestras controversias, planteando las diferencias en el plano de la lucha ideológica. 
En nuestros debates internos, siempre hemos tenido precaución con las manipulaciones que puedan hacerse por parte de la prensa burguesa de nuestras diversas sensibilidades y criterios,  porque es preciso darse cuenta del avasallamiento de los medios de comunicación controlados por la burguesía,  que dominaban mayoritaria y apabullantemente el cotarro, haciéndose eco de las comidillas y enfrentamientos y boicoteando o censurando descaradamente las posiciones políticas críticas con su modelo capitalista, creando, a veces,  una tremenda confusión entre la clase trabajadora, y sobre todo, en este caso concreto cuando la dirección de Izquierda Socialista Federal  ha entrado en crisis, afectando a diversos territorios  del Estado, donde, por desgracia, se han producido diversas divisiones internas.    
En primer lugar es necesario decir, que el verdadero socialismo tiene que ser ético,  solidario, crítico, internacionalista, humano, justo y libre,  por lo que es muy conveniente el propugnarlo y practicarlo constantemente mediante la educación práctica y teórica entre la clase trabajadora,  de la que formamos parte, porque los valores entre los dos modelos, el capitalista y el socialista, deben ser completamente diferentes, tanto en el fondo como en las formas; ellos dicen tener su “moral” y nosotros “nuestra ética”.    
En la lucha por el socialismo y por tanto contra la burguesía y su sistema, el imperialismo, los terratenientes, la multinacionales y los burgueses en general, sus voceros tienen como tarea fundamental evitar que podamos avanzar en la construcción de una sociedad socialista con plena democracia obrera y su papel primordial es el combate de la lucha ideológica, a través de sus potentes medios de comunicación, aplicando su consigna destructiva de “divide y vencerás”.  En nuestra corriente, han surgidos “personalidades” que han aprovechado la crisis de dirección, agudizada por la dimisión de nuestro Portavoz Federal, Pérez Tapias, para atacar públicamente, con razón o sin ella, a algunos compañeros, apartándose de los cauces de la democracia interna y del respeto que todos nos debemos.
La formación obrera, el saber encauzar democrática y pacientemente los debates, respetando los tiempos y las palabras en las Asambleas y demás reuniones,  con el máximo respeto,  adquiere una especial dimensión en las condiciones del mundo actual, cuando la ofensiva imperialista está intentando un viraje en su política mundial que representa en realidad una especie de “fascistización por vías democráticas” en las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales, de esta forma es preciso recordar para aplicarla desde la izquierda,  lo que dijo Largo Caballero: “La formación obrera es una lucha permanente contra la ignorancia impuesta por la clase burguesa dominante”. 
El sistema capitalista maleduca adrede a los trabajadores, o intenta mantenernos en la ignorancia y somos desde las izquierdas los más interesados en practicar un comportamiento democrático para contrarrestar los vicios y malas artimañas del modelo capitalista, que nos quiere llevar al salvajismo y a la barbarie. Por ejemplo, el PP ha introducido una ley de Educación como al LOMCE, a la que la juventud y la comunicad educativa en pleno,  ha venido rechazando con Huelgas Generales, convocadas por el sector de la enseñanza en su conjunto, porque esos recortes y ataques  suponen una vuelta a la escuela clasista de la dictadura franquista, para llevar de nuevo al pueblo a la ignorancia, ya que con sus recortes presupuestarios y ajustes,  no podrán estudiar más que los hijos de los ricos.  
Las ideas burguesas, concepciones, patrones y hábitos de conducta que se nos impone a la clase trabajadora por la brutal propaganda permanente de la clase dominante, está muy arraigada desde décadas, sino desde siglos, transmitido de generación en generación en la conciencia de la gente, a través de los púlpitos y los planes de educación; a veces cometemos demasiados errores confundiendo la realidad y tomando a “compañeros” por “adversarios” y nos comportamos incorrectamente.  
Desde la corriente Izquierda Socialista de Málaga, como en diversas zonas del Estado,  hemos mantenido el método del materialismo dialéctico desde 1979, cuando la corriente oficialista ganó el XXVIII y el XXIX Congresos asumiendo un programa más bien socio-liberal-socialdemócrata y profundizando en esa deriva liberal, que ha transformado el Partido en un ente “interclasista”, donde el pensamiento pequeño-burgués se ha desarrollado, aplicándose en algunos análisis y comportamientos que son contrarios a los propios del movimiento obrero,   pero nosotros mantuvimos los principios básicos de la filosofía que concuerda más ajustadamente con la defensa de los intereses de la clase trabajadora, a la cual el Partido se debe, le pese a quién le pese, llevando una lucha resuelta y desigual, al carecer nuestra corriente de medios económicos materiales suficientes, para poder oponernos en esa lucha resuelta contra las mentiras, tergiversaciones históricas y manipulaciones informativas de la realidad,  que los intelectuales y plumíferos a sueldo de la burguesía están llevando a cabo y que algunas compañeras y compañeros han facilitado dándoles pábulo. En esta disputa interna, debemos confrontar diferencias ideológicas, que, aunque todavía no han aflorado en su totalidad, están latentes.  Aunque no debemos dejarnos contaminar por los métodos empleados por algunos plumíferos mercenarios al servicio del capital, de utilizar la mentira, la calumnia y la tergiversación en nuestros debates, que deben ser políticos.
Debemos seguir profundizando en el debate y el análisis concreto de esta realidad, tanto de lo que se publica y emita por los medios de comunicación burgueses como en sus teorías  económicas liberales que han fracasado estrepitosamente, con el fin de contrarrestar en la medida de nuestras posibilidades y evitar en lo posible la penetración de la ideología burguesa dominante, ajena a los intereses de nuestra clase.
Asimismo debemos esforzarnos por desenmascarar todas las manifestaciones del aparato burgués, que vaya en detrimento o desprestigio de la ideología socialista y de las izquierdas en general, particularmente rechazando las campañas mentirosas “goebelianas”, lanzadas desde posiciones sectarias,  que arremeten con insidias,  queriendo hacer ver que el PP y el PSOE son la misma cosa, cuando quieren hacernos olvidar que el PP representa al capitalismo tardo-franquista más rancio, reaccionario y montaraz de la burguesía más atrasada de Europa, mientras el PSOE, con sus errores y aciertos, es el legítimo heredero de la clase obrera aunque hay que reconocerlo que está tan escorado a la derecha  y parafraseando al compañero Alfonso Guerra, es la línea política oficial del Partido la que  “no la reconoce ni la madre que la parió”, es decir, que con la política liberal-socialdemócrata que ha venido practicando la corriente oficial, lo que más ha cambiado ha sido el Partido y no la sociedad que se pretendía cambiar, lo cual merece al menos una profunda autocrítica por los partidarios de esas corrientes más afines con la táctica y estrategia de la burguesía, que están siendo apoyadas desde sensibilidades internas, cuando lo que necesitamos es luchar claramente por un giro a la izquierda como las masas están exigiendo, aunque algunos compañeros incluso de la corriente, en este debate, dan a entender que quieren adoptar nuevas posiciones “más moderadas” porque no les agradan demasiado los “ideales clásicos del genuino socialismo”.  Este es el meollo de la cuestión, a nuestro entender, y sobre lo fundamental en torno a lo cual deberíamos centrar el debate.   Hasta ahora nuestra corriente ha venido luchando claramente por ubicar al PSOE en la izquierda, pero algunas sensibilidades de la propia corriente parece que estas posiciones las critican por antiguas y aspiran a convertir a nuestra corriente en “corriente de poder” en vez de “corriente de opinión”, sin entender que para conseguirlo lo primero, que es también nuestra legítima aspiración,  hay que acumular fuerzas, ganarnos la mayoría sumar apoyos, no destruirnos y dividirnos.  
Nuestra misión, como parte de la izquierda, es combatir en primer lugar al capitalismo y sus defensores, pero también a los socio-liberales y algunos que se llaman ellos mismos socialistas pero que defienden en realidad un programa socialdemócrata de derechas  y que se comportan como elementos pequeño burgueses en el seno de un “Partido Socialista Obrero”, sin haberse atrevido a plantear  ninguna alternativa programática diferenciada en esta controversia, ni si lo que quieren es renunciar a los ideales clásicos del  PSOE que siguen siendo, aunque a algunos les pesa demasiado,  “la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes”, como defendían los fundadores del Partido dirigidos por Pablo Iglesias, con lo cual demuestran que son ajenos al genuino socialismo y por tanto, defensores vergonzantes del orden burgués, lo hagan aposta o sin conocimiento profundo de causa, porque sobre todo, se niegan a realizar una firme defensa del programa que pueda romper con el capitalismo e iniciar la construcción del socialismo.
Nuestra corriente viene presentando desde hace muchos años la firme oposición como trabajadores, a sus concepciones conciliadoras con la sombra de esa burguesía corrupta y decadente, que están propiciando un pacto para salvarse de la cárcel en la que deberían estar ya tantos especuladores, banqueros y corruptos, y vienen  propiciando un gran Pacto de Estado,  gobierno de Concentración Nacional, pacto para la recuperación económica o como quieran llamarle, que representaría un nuevo error porque no es eso lo que el pueblo está exigiendo, sino que exista una verdadera “regeneración y catarsis”, donde el pueblo pueda decidir libre y democráticamente su propio destino, sin las trabas de la fraudulenta Ley D’hont. Cualquier pacto con el PP sería visto por las masas como una claudicación porque está sufriendo con gran indignación la ofensiva de los ataques del PP y la Patronal, que tienen que ser echados hacia atrás por la fuerza de la lucha, y es poniéndose al frente de la mayoría de la clase trabajadora que lo demanda,  como el PSOE puede ganarse la confianza de los ciudadanos para empezar a cambiar la sociedad.
También tenemos que desenmascarar a esos que se llaman ellos mismos como los más “revolucionarios” y que al final, esos grupos minoritarios extremistas y violentos no son más que “seudo-revolucionarios”, que como dijo el clásico, son en realidad izquierdistas de salón, sin programa concreto a veces, sin táctica, ni estrategia global,  lo cual es un peligro del aventurerismo político que tanto daño ha hecho a los trabajadores, llevándoles a veces al matadero, cuando su verborrea es ultraizquierdista, sin tener en cuenta los procesos, los ritmos y el camino de la Unidad y la Organización de las masas tan necesarias para marchar hacia el socialismo.
Es el deber de todo socialista marxista desenmascarar el intento de algunas fuerzas que se reclaman de la izquierda de confundir la coexistencia pacífica en un momento dado, con la conciliación y fusión entre las clases sociales, y sobre todo, la coexistencia ideológica que ha llevado a muchos socialdemócratas al abandono del objetivo de la transformación social y a negarse a defender una política de clase, con un programa serio,(*) anticapitalista y democrático, que represente una verdadera alternativa al modelo liberal-burgués, totalmente agotado, obsoleto, corrupto  y sumido en la más terrible recesión, de la que difícilmente podrá realizarse una salida digna para la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos de la sociedad, si no contamos con la organización y la unidad del movimiento obrero, tanto sindical como político.  
Algunas de las medidas más importantes que una organización de los trabajadores debe utilizar frente a una situación como la actual, son el fomento y el estudio del materialismo dialéctico entre la clase obrera, conocer las leyes del desarrollo social, los papeles de los factores subjetivos y objetivos, analizar profundamente los problemas económicos y sociales para ofrecer soluciones, luchar contra el divisionismo, la apatía y el liberalismo, procurando avanzar hacia la mayor unidad, organización y acción de los trabajadores, contra los ataques y las injusticias de este podrido sistema capitalista.
Nuestra lucha por el socialismo debe vincularse a una labor ideológica y a los problemas concretos de los trabajadores en los tajos y puestos de trabajo, pues aquí se enfrentan los dos sectores irreconciliables de la sociedad, poniéndose frente a frente la clase trabajadora contra la burguesía, en todos y cada uno de los campos, como el político, el social, el económico y el cultural, por lo cual tenemos que avanzar en esta tarea a través de los sindicatos y organizaciones sociales, pero debemos darles un carácter internacionalista y socialista de clase.
Es conveniente comprender con precisión de qué forma se manifiestan los problemas en el proceso molecular de toma de conciencia de las masas, que en momentos como los actuales experimentan una aceleración que será dialéctica en sus saltos y convulsiones, cuyos responsables de esas agitaciones serán los propios banqueros y capitalistas por su incapacidad para crear puestos de trabajo y por tanto salir de la crisis,  porque la clase obrera está siendo explotada con más virulencia que antes.  Esas son, a nuestro entender, las cuestiones que debemos explicarles a la clase trabajadora asumiendo una línea política correcta, dejándonos de enfrentamientos cainitas sin contenidos ideológicos concretos, lo que equivale al desastroso método que tanto repugna al trabajador de “quítate tu para ponerme yo”, pero para no cambiar nada.
Esta es nuestra introducción al debate que había sido planteado como dijimos al comienzo; es preciso realizar un trabajo sistemático de educación ideológica, laboral y económica de los trabajadores, para  lo cual el Partido en su conjunto, tanto la corriente oficial como la nuestra, Izquierda Socialista,  debiera encaminarse  a la tarea indispensable de formar cuadros jóvenes que, con “honradez y firmeza”, y siguiendo la recomendación de nuestro Pablo Iglesias, que dijo: “elegid a los mejores y luego vigiladlos como si fuesen canallas”, seamos capaces de movilizarnos, convencer a la ciudadanía para que entren en política luchando por el verdadero programa socialista (*) y caminar resueltos hacia la aplicación de los principios sanos de la democracia socialista, para acabar de una vez con la corrupción,  aplicando los objetivos y valores socialistas,  entre ellos ese que dice “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”, como unos de los objetivos de un plan socialista de producción, con planificación económica y científica de los recursos productivos  y bajo control obrero,  que permita salir con justicia y trabajo de la catástrofe económica en la que este modelo capitalista  de casino y ruletas trucadas nos tiene sumido. Es preciso entender, por tanto, que nuestros adversarios están en la derecha, en el Gobierno del PP y en el sistema que representa y no en las izquierdas.  Hemos intentado siempre que nuestras críticas sean constructivas y orientadas hacia la superación de este sistema capitalista, caduco, degenerado y senil, que es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora.
ÁREA DE COMUNICACIÒN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

(*) Si quieres conocer nuestras propuestas o participar en el debate que estamos llevando a cabo puedes  solicitar gratuitamente al correo de abajo,  el borrador del documento  que hemos hecho público, poniendo en asunto “Por un programa socialista alternativo…”
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

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